En México la problemática de las personas en situación de calle va en incremento, y son los gobiernos quienes deben garantizar que estos grupos vulnerables tengan un techo donde dormir, alimentos diarios y el otorgamiento de un esquema de salud, sin embargo ni siquiera existe una estadística de cuántas personas se encuentran durmiendo en banquetas, cerca de los arroyos o en "casas provisionales" de cartón o madera.
En este año, el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, destinó 14 mil millones de pesos para programas alimentarios y más de 2 mil millones de pesos para grupos prioritarios.
Ángel Durán Pérez, presidente de Abogados Académicos Independiente señala: "Y desafortunadamente no hay una política de estado adecuada, diría yo responsable por parte de las instituciones principalmente Gobierno Federal a través del DIF que tenga esas políticas públicas donde ellos puedan ser apoyados".
El INEGI refiere que existen 194 mil 284 personas que son usuarias de un alojamiento de asistencia social, es decir en algún albergue, casas hogares, centros de rehabilitación, refugios para mujeres u hospitales psiquiátricos.
A esto, se le suma otra problemática. De cada 4 personas en situación de calle, uno padece alguna enfermedad de la salud mental.
Por su parte, Guillermo Blanco Govea, Comisionado Estatal de Salud Mental y Adicciones de los Servicios de Salud del Estado de Colima. destacó que: "Y el consumo de sustancias es otro problema que también se ha estado identificando que es una condición que lleva a una persona a ya no estar en un hogar o en convivencia con otras personas, es decir el consumo excesivo de alcohol, el consumo de alguna droga estimulante como las metanfetaminas".
Agravando su integridad cuando son víctimas de criminales que se dedican al reclutamiento para la explotación desde el punto de vista económico.
Durán Pérez explica: "Había un fenómeno, se los llevaban a DIF o a albergues y luego ellos se escapaban y volvían a lo mismo, y qué estaba detrás de todo esto, pues que pertenecían a grupos que los colocaban ahí para pedir dinero y también se dieron cuenta en que tenían un ingreso entre 300 y 400 pesos".
Derivando que una persona llega a las calles por el abandono de la propia familia, por núcleos familiares violentos, por enfermedades psicoemocionales, pero también por la pobreza extrema y siendo un reflejo de la falta de políticas públicas para la protección y fla garantía de los derechos humanos.