Las quejas por la caída de tizne producto de la quema de caña provienen de varias colonias en Villa de Álvarez, la respuesta está en que los predios donde la siembran se ubican en la zona norte del municipio, y dado que el viento sopla de norte a sur, la ceniza llega hasta el otro extremo, por lo que se han tenido reportes de caída de ceniza, incluso, en la colonia Tabachines.
Además de las afectaciones en las viviendas, se desconoce el impacto que la quema de caña pudiera tener en la calidad del aire de Colima, pues el Instituto para el Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, que cuenta con una caseta de monitoreo, no emite información al respecto.
Daniel Díaz Flores, director de Ecología en Villa de Álvarez , señala que en la entidad, no se emiten datos sobre el impacto de la quema de caña en la calidad del aire.
"Lamentablemente me parece que llevan más de cuatro años sin funcionar las casetas de monitoreo, esas casetas son las que nos ayudarían como municipio a determinar las cantidades de contaminantes que se están generando al medio ambiente, en este caso, lamentablemente no existe a nivel estado ningún dato relacionado a cuántas emisiones de gases de efecto invernadero se generan por movimiento de vehículos, por quemas urbanas, por quema de la caña, no existen ese tipo de datos".
Meganoticias solicitó, sobre este tema, una entrevista con el titular del IMADES, Erick Guzmán; sin embargo, el departamento de comunicación social del Gobierno del estado respondió que ese tema no le compete.
En Villa de Álvarez, se ve la necesidad generar un protocolo que regule la quema de caña tomando en cuenta los empleos que esta actividad genera.
"Para Cuauhtémoc, en particular, la caída de ceniza significa la bonanza para ellos, es una sociedad cañera, saben que cuando empieza a caer las cenizas, significa que va a haber dinero, va a haber bonanzas, entonces es una cuestión muy compleja que de la noche a la mañana no se puede erradicar, pero sí se puede empezar a regular y controlar".
Un protocolo de quema controlada en el que colaboren los ayuntamientos y el Gobierno del Estado, señala, ayudaría a regular esta actividad y a disminuir la caída de tizne en la zona urbana.
Sin embargo, falta un año para que terminen las administraciones municipales y la estatal, sin que haya señales de crear o de modificar la reglamentación al respecto.