"Yo empecé desde muy pequeña a pintar y dibujar, era la niña que siempre traía el folder con sus dibujos, siempre pinté mascotas porque me han gustado las mascotas y las flores y mis papás me metieron a uno cursos en el ex convento del Carmen y hasta ahorita me dedico a esto".
En busca de darle color y buena vibra a los hogares, oficinas y cualquier lugar a donde vayan sus pinturas, es que un día después de dibujar siempre a lápiz y en cuadernos, Laura Pratz decidió dibujar a Don Quijote, bajo la técnica acrílico sobre lienzo, pop art.
"Esa primera pintura se encuentra en una notaría aquí de Colima/de todo, mascotas, paisajes, caricaturas, de todo lo que me pidan hasta retratos familiares".
Lo que ha inspirado a Laura a incursionar en este tipo de arte desde hace más de ocho años son los animalitos, en especial su mascota princesa que ya trascendió de este plano terrenal, pues considera, que se tratan de seres vivos que deben ser amados y respetados.
"Me gusta mucho darles ese toque de felicidad, de alegría, lealtad que nos dan los animalitos y los plasmo en estas obras de arte/llegar a un lugar y ver colores yo creo que nos da alegría a todo mundo".
Lo que más disfruta de esta labor es conocer las historias de las personas que tienen una mascota y quieren plasmar su imagen en lienzo, saber cómo se conocieron y compartir lo positivo del respeto a los animales.
"La verdad a mí la pintura me desconecta, me hace estar solamente con mi pieza, conmigo y solamente pienso en la historia que me acaban de contar y cómo fue la vida del animalito y para mí es lo más increíble/creo que el arte nos puede transportar a un mundo de relajación y de paz y creo que todo mundo lo necesitamos".