Irene Martín del Campo es propietaria de un negocio familiar que tiene casi 30 años funcionando. Su labor es realizar accesorios de cemento, marmolina y granito de mármol fundido para las tumbas.
Está labor la comenzó su esposo Salvador Araujo Rodríguez quien aprendió el oficio a su padre quien realizaba trabajos de este tipo de manera esporádica.
"Él aprendió el oficio con su papá y cuando nos casamos duramos unos años con él y después nos dedicamos a otras cosas, nos fuimos a radicar a Guadalajara en el 75 y el se regresó en el 85 a Colima y empezó a trabajar en lo que le gustaba que era esto/aquí en el local comenzó bien en el 88 y la familia nos regresamos a Colima después, yo por muchos años no vine a su negocio el negocio lo trabajaba él/los hijos con el tiempo se empezaron a integrar y mi esposo falleció hace dos años, ahora sus hijos pudieron seguir con el trabajo".
La señora Irene describe este trabajo como "maravilloso", pues además de permitirles estar unidos como familia, es su principal sustento económico. Se trata de cuatro generaciones las que participan en esta labor.
"Esto sin trabajarle no vale, son piedras, hay que trabajarle y se le va poniendo día con día/aquí hay para todos si un día viene uno y graba una lápida o base se lleva unos dineritos al día, si hay otro que me dice abuelita hago el aseo se lleva un dinerito, es una fuente de trabajo muy buena".
Su mayor satisfacción es el reconocimiento del cliente, quienes buscan principalmente la base con cruz, libros y floreros.
"Cuando ya tienen más años de fallecidos ya se preocupan por el forrito de la tumba o ponerle algo bonito/el trabajo más grande es ese que está ahí en la foto le costó mucho tiempo y preocupaciones porque no es arquitecto pero me platicaba y trabajó un año para sacar ese trabajo, lo dió baratísimo regaló su trabajo la verdad pero él quedó satisfecho porque le gustó cómo quedó su trabajo, lo principal era que a él le gustara porque podían decirle los trabajadores está bien, él decía me lo desbaratas y no va a quedar así".
"Aquí no viene un cliente enojado porque se le dijo que un día y no estuvo el trabajo, aquí se respeta la fecha que se da si hay algo extraordinario se le habla y se le expone que no pudo salir para que nos esperen poquito/se quedan contentos porque como pensaron que iba a quedar así queda".