Tras un largo recorrido Paola Magaña, Médico Interno Pasante, cuenta cómo fue realizar su internado. Los primeros días le mostraron las áreas del hospital, conoció a quienes iban a ser sus compañeros de guardia y quienes eran los médicos que se encargarían de sus evaluaciones.
"La cosa aquí, fue que cuando yo hice mi primera guardia pues yo la hice sola, entonces nunca había hecho una guardia, ya había estado en hospitales días anteriores, nunca había hecho una guardia, no sabía exactamente que tenía que hacer, mi primer servicio fue urgencias. Entonces yo no sabía hacer muchos procedimientos, yo no sabía ni siquiera sacar muestras, Entonces, llegué e hice lo que pude."
Los primeros días fueron duros para Paola, tardó bastante tiempo en acoplarse al ritmo de trabajo tan caótico del hospital, sumado al poco apoyo que recibía tanto ella como sus compañeros.
"Muchas veces, tú estás revisando al paciente, tú estás a cargo de los pacientes, estás sólo con ellos, entonces, muchas veces no pasa el médico adscrito encargado, en esos aspectos sí estamos solos. Sí el paciente tiene fiebre, si el paciente empieza a presentar dificultad respiratoria, o algún otro malestar, si tú lo ves que se empieza a llenar de ronchitas o algún tipo de alergia, tienes que estar al pendiente de cómo va evolucionando, buscar algún médico que tengas cerca y, pues buscar apoyo sobre cómo vas a tratar la situación, pero muchas veces tú te tienes que preparar sólo."
Paola también recuerda que, al iniciar su internado, les comentaron no recibiría su pago de la beca hasta después de dos meses y medio, debido a trámites.
"Si nos llegó todo el dinero, después de esos dos meses y medio, pero nos habían comentado que cada tres meses nos iban a dar un bono trimestral, el problema fue que en los segundos tres meses, no nos dieron el bono, también nos habían prometido que nos iban a dar uniformes, nunca nos dieron, ni batas, ni zapatos, ni trajes quirúrgicos, no nos apoyaron en nada de eso."
Comenta que en cuanto a lo económico si había muchas carencias en el hospital, pues no había medicamentos básicos como; paracetamol, obligándolos a encargar a los familiares, que en ocasiones no tenía recursos ni para un bote de orina.
Pero conforme se fue adaptando llegó a mejorar su rendimiento y su capacidad para solucionar problemas, además de valorar lo que sus pacientes significan para ella, ahora que finaliza su internado agradece todas las cosas buenas que aprendió en su formación como médico.
"La verdad yo agradezco a muchos de los médicos que estuvieron ahí conmigo, varios incluso residentes, no me dejaban a un lado, estaban todo el tiempo conmigo cuando yo atendía un parto estaba un residente a un lado de mí, aunque así fueran las 3 de la mañana, ahí estaban al pendiente, muchos médicos se esmeraban por buscar el momento para darnos clases, para que nosotros aprendiéramos. También, pues desarrollas un cariño muy bonito con tus compañeros del servicio, y creo que eso fue pues lo más bonito de mi internado."