María Santos vive en la zona norte del municipio de Villa de Álvarez, su situación es de pobreza extrema. Su vivienda está conformada algunas partes con lámina de cartón y palos, mientras que otra parte está compuesta de costales y pedazos de tela.
"Tengo 30 años viviendo aquí y sellamos para cubrirnos tantito por las lluvias se me moja mucho por el techo, aquí hay mucha violencia, se meten a las casas a robar eso no está bien".
La mujer de 64 años de edad tiene tres hijos, de los cuales, sólo el mayor trabaja como albañil, este es quien mantiene a la familia.
"Nomás mi hijo trabaja aquí y está muy difícil de albañil pero a veces gana bien o mal/utilizan leña? Pues qué más hacemos no tengo gas, no tengo estufa, nada, ni techo todo se me moja".
Cuando el trabajo es constante comen todos los días, sin embargo, hay ocasiones en que ni para un trago de agua tienen. Con voz desesperada, María señala que han solicitado múltiples apoyos, pero además de no obtener respuesta, el único apoyo con el que contaban se lo quitaron.
"Qué comen? Lo que haya, lentejas, frijoles, huevos, si no hay para más ni para un pedazo de carne nos ajusta/tenía seguro popular y nos lo quitaron con qué se ayuda uno/nosotros estamos pobres más jodidos que nada, cree que sea justo aquí en el sereno con una cobija así".
Su mayor sueño es tener una casa de material, sin importar qué tan sencilla sea, pero que le permita refugiarse de las inclemencias del clima y tener una mejor calidad de vida, pues sus condiciones actualmente son insalubres, pues ni siquiera goza de los servicios básicos.
"Yo no tengo estufita de gas que el gobierno me regalara una casita pero que tuviera luz, agua, tengo que acarrearla donde me regalen, tengo que pagar para que me dejen lavar mi ropa yo sola no puedo/no tenemos ropa, ropa interior nada hace falta mucho".