"De todo, mamacita, sabrosa, estás bien buena, un día iba caminando y un chico se acercaba a mí y me dijo algo cerca del oído y fue lo más asqueroso, perturbador/una vez iba caminando y un señor se acercó y me quiso tocar mi vulva, traía una mochila se me acercó rápidamente corriendo y lo que hice fue protegerse contra la pared y solo ví el área que quería tocar la persona pero afortunadamente no me tocó".
Estas son solo algunas de las malas experiencias que Maritza ha tenido en los últimos años, pues casi a diario es víctima de este tipo de violencia.
"Desde un poco antes de que inicie la adolescencia los hombres empiezan a hostigarte en la calle, no es por la vestimenta porque con pantalón, uniforme o lo que sea recibes acoso por parte de los hombres, no necesitas caminar a deshoras de la noche/fácil unas diez personas me decían algo cada que iba a la universidad".
La joven señala que el grado de vulnerabilidad de las mujeres en la calle cada vez es mayor, pues en ocasiones su integridad física se ve expuesta, sin embargo, no se atreven a denunciar porque se sienten desprotegidas por la autoridad.
"he temido por mi integridad un chico un día en una motocicleta me siguió entré a una farmacia porque conocía a una persona de ahí y le hablé para que me auxiliara porque me estaba siguiendo en una moto, el chico se regresa y me dice cómo te llamas? soy ingeniero, osea qué pretendía?/me comentaron que si había reportado un acoso, nunca porque en el estado no hay ley que proteja contra el acoso callejero aunque quisiéramos denunciarlo no hay nada que nos proteja".