Estudios publicados por una revista científica indican que el COVID-19 no debe dejar de atenderse incluso cuando se ha dejado atrás la sintomatología común y se comienza la recuperación, pues existen consecuencias a largo plazo, que pueden presentarse entre los el 14 a 110 días de la infección.
El estudio que lleva por nombre "Más de 50 efectos a largo plazo de COVID-19: una revisión sistemática y un metanálisis", se realizó a 47 mil 970 pacientes de entre 17 y 87 años y se encontró que el 80 por ciento desarrolló uno o más síntomas a largo plazo tras padecer coronavirus, donde los cinco cuadros más comunes fueron fatiga (58 por ciento), dolor de cabeza (44 por ciento), trastorno de atención (27 por ciento), caída del cabello (25 por ciento) y disnea o dificultad respiratoria o falta de aire (24 por ciento).
Secuelas:
- Fatiga (58 por ciento).
- Dolor de cabeza (44 por ciento).
- Desorden de atención (27 por ciento).
- Pérdida de cabello (25 por ciento).
- Disnea o dificultad para respirar o falta de aire (24 por ciento).
- Ageusia o pérdida del sentido del gusto (23 por ciento).
- Anosmia o pérdida del sentido del olfato) (21 por ciento).
- Polipnea o aumento de la frecuencia y la profundidad respiratorias (21 por ciento).
- Dolor en las articulaciones (19 por ciento).
- Tos (19 por ciento).
- Sudoración (17 por ciento).
- Nausea o vómito (16 por ciento).
- Dolor de pecho, incomodidad (16 por ciento).
- Pérdida de memoria (16 por ciento).
- Pérdida de audición o tinnitus -silbido o zumbido en uno o ambos oídos- (15 por ciento).
- Ansiedad (15 por ciento).
- Depresión (12 por ciento).
- Desórdenes digestivos (12 por ciento).
- Pérdida de peso (12 por ciento).
- Signos cutáneos (12 por ciento).
- Aumento de la frecuencia cardíaca en reposo (11 por ciento).
- Palpitaciones (11 por ciento).
- Dolor general (11 por ciento).
- Fiebre intermitente (11 por ciento).
- Desórdenes de sueño (11 por ciento).
- Capacidad pulmonar reducida (10 por ciento).
- Apnea del sueño -la respiración se detiene y recomienza repetidas veces al dormir- (8 por ciento).
- Escalofríos (7 por ciento).
- Afectación en la salud mental (7 por ciento).
- Enfermedades psiquiátricas (6 por ciento).
- Ojos rojos (6 por ciento).
- Fibrosis pulmonar (5 por ciento).
- Diabetes melitus (4 por ciento).
- Flemas (3 por ciento).
- Hinchazón en las extremidades (3 por ciento).
- Mareo (3 por ciento).
- Dolor de garganta (3 por ciento).
- Cambios de humor (2 por ciento).
- Disforia o sentimiento de incomodidad, infelicidad o sentirse enfermo (2 por ciento).
- Trastorno obsesivo-compulsivo (2 por ciento).
- Hipertensión nueva (1 por ciento).
- Miocarditis o inflamación del miocardio, del corazón (1 por ciento).
- Insuficiencia renal (1 por ciento).
- Trastorno por estrés postraumático (1 por ciento)
- Arritmia o latidos irregulares del corazón (menos del 1 por ciento).
- Paranoia (menos del 1 por ciento).
Basado en este estudio, los especialistas recomiendan mejoras en el sistema de Salud de las clínicas y hospitales para brindar atención post COVID-19 que incluya ejercicio gradual, fisioterapia, evaluaciones médicas frecuentes y terapia cognitivo-conductual cuando sea necesario.