México es el cuarto productor de alimentos orgánicos en el mundo. Se destinan aproximadamente un millón de hectáreas exclusivamente para la siembra de productos agrícolas. Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Chihuahua y Nuevo León son líderes en superficie destinada a esta actividad, siendo en los tres primeros estados en conjunto donde se concentran el 50 por ciento de estas tierras, según información de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación.
En el país se cultivan más de 45 alimentos orgánicos, destacan en primer lugar el café por el tamaño de superficie plantada y en segundo, el maíz, pero también hay productos como; aguacate, pasto, alfalfa, frijol, agave, sorgo, ajonjolí, mango, limón, plátano y pimienta los que se están cultivando bajo este esquema.
En el comercio exterior, México se está posicionando entre los primeros 20 países exportadores. De la producción total, el 85 por ciento tienen como destino Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá, Italia, Suiza y Japón, entre otros, el restante 15 por ciento se queda para consumo interno.
Esto quiere decir que, en nuestro país, este mercado se encuentra en pleno crecimiento, la certificación y acreditación oficial ha fortalecido el comercio en beneficio de los productores y consumidores.
No obstante, aunque la actividad ha ido creciendo, aún existen algunos factores que limitan la adquisición y consumo de esta clase de alimentos, uno de ellos es el alto precio que se paga, en una economía en donde la mayor parte de la población recibe salarios bajos. Lo anterior sin contar que la producción es más lenta y en menor cantidad por la ausencia de fertilizantes, hormonas de crecimiento o algún otro aditivo químico que ayude a incrementar la producción de frutos de las plantas.