Un cuarto de láminas de cartón, maderas apolilladas y plásticos, es el hogar de la señora María Santos y su familia desde hace más de 30 años, en la calle Laguna de la María de la colonia Solidaridad de Villa de Álvarez. Señala que su hijo es el único que trabaja y lo poco que gana como albañil se utiliza en la comprar alimentos; por ello, asegura, se come lo que se tiene.
"Pos, pos lo que haiga comemos, que frijoles, que sopa y todo". / "Lo que haiga. ¿Y hay días que no hay, de plano?. No, por aquí, todo, se hace frijoles, nopalitos, y pues qué más, y sopa, lentejas, lo que tengamos".
La señora María señala que debido a que está enferma de la presión, no puede trabajar y ayudar en los gastos del hogar, el cual está a punto de caerse porque varias de las maderas que lo sostienen ya son viejas.
"Mi hijo trabaja y él, lo poquito que gana pa mantener". / "Pero pues no gana mucho porque, mire, ahorita nos están pasando la luz, pagamos la luz y el agua y nos quedamos sin un cinco a veces, por qué, porque mi hijo no da suficiente dinero, se llega el agua y tenemos que pagar, se llega la luz, también".
El hacinamiento en el que vive Doña María y su familia es evidente, en el pequeño cuarto de láminas duermen 4 personas, no cuenta con piso y apenas un cobertizo sirve como cocina y lavadero. Reconoce que una de sus principales preocupaciones son las lluvias y sabe que no la pasaran bien en esta temporada.
"La cocina también se me moja, si, y entonces mi hermano, mire, qué vive, ya toda la lámina están fregadas, mire, no las ve todas ladeadas. Todo no sirve, todo no sirve".