Migrantes nacionales y extranjeros pasan por decenas semanalmente por Empalme en su paso hacia la frontera, la enfermera Sandra Martinez, directora del ministerio externo de la Casa Franciscana, ha apoyado a algunos migrantes que se ven afectados de salud por el calor y el camino largo que han recorrido, encuentra en ellos sólo deshidratación y algunas heridas mal cuidadas pero nunca síntomas de Covid-19, aunque el lavado de manos y la higiene no existe para ellos.
Dentro de los donativos que llegan hay cubrebocas, mismos que son donados para los migrantes con alimentos, agua, un cepillo y pasta de dientes, muchos lo guardan pues saben que al llegar a una ciudad deberán utilizarlos, pero su sistema inmunológico se ha forjado fuerte a base de la precariedad en la que viven y a la exposición constante a la falta de higiene, de agua y solo radica en ellos el agotamiento.