Originario del estado de Jalisco, hace poco más de siete años Francisco Javier Cárdenas decidió emprender su negocio de raspados y tejuinos, el cual surgió de un sueño frustrado.
"Con un raspador, un picahielo, un exprimidor y un cuchillo es con lo que vengo iniciando este negocio para hacerse realidad aquí en el estado de Colima/desde niño no fui muy bueno para las ventas verdad, intenté una cosa, intenté otra, vender una cosa, vender pan, paletas, varitas de tejocote con miel".
Sin embargo, en Colima sí se dieron las cosas y este negocio de bebidas refrescantes, así como la venta de cocteles de frutas, duritos y otros antojitos se ha convertido en el principal sustento de la familia. Menciona que el clima cálido del estado ha sido su mejor aliado.
"Gracias a la comunidad, mi esfuerzo y sacrificio me ha ido bien, días buenos y días malos como sabemos que todos los negocios y el comercio es, hemos estado con altas y bajas pero gracias a Dios aquí hemos estado para adelante".
Javier señala que este negocio le gusta mucho, lo que más disfruta es consentir el paladar de sus clientes y compartir anécdotas.
Por ello, todos los días se le puede ver en las diferentes calles de la zona oriente de la ciudad, principalmente en las colonias; Lázaro Cárdenas, Avenida Gonzalo de Sandoval y la colonia Santa Elena de la capital.