Por miedo a que se derrumbara su casa y las réplicas del sismo que venían, Raquel no lo pensó dos veces y le pidió a su esposo Silviano López Barajas refugiarse en el albergue que se instaló en los terrenos de la feria de Manzanillo.
"Estábamos comiendo en la cocina cuando empezó a sentirse, ya vi que no se quitaba, yo siempre he tenido la idea que debemos quedarnos donde estamos para no movernos porque ahí no nos pasa tanto y caminando nos podemos caer o pasar una cosa. Hay que considerar que yo no soy muy en condiciones en poder correr"
Raquel es una persona con discapacidad y habita en la Delegación Salagua, en la calle Aniceto Madrueño 638. Señala que por su condición no puede correr y prefirió estar en un lugar seguro, sin importar sólo comer arroz, frijolitos y lentejas, así como dormir en un catre.
"Yo creo mucha gente tampoco supo que hay aquí albergue pa venir y mucha gente pues no quiere también dejar las casas solas porque el dejar la casa sola significa al rato ya la limpian porque hay tanto ratero, tanta delincuencia"
Comparte que hasta el momento desconoce en qué condiciones quedó su casa, pues desde el temblor prefirieron salirse. Asegura que su esposo ha regresado a alimentar a sus perritos y esperan que alguna autoridad acuda y les garantice retornar con bien.
"Ayer pregunté, les digo oyes, se van a ir, van a recoger, yo veo que ponen la mesa, se la llevan y ya llego otra mesa, se la llevaron, ya nos tenemos que ir, no me dijeron nada, no nos dijeron qué tiempo o cuánto tiempo podemos estar aquí"