"La observación de aves es un actividad donde uno sale a campo y pues se aprecia la naturaleza, una cualidad de estar observado, escuchando también".
A Roberto Oveth Fuentes Gutiérrez, fotógrafo y director de Viajando y Pajareando, se le nota en todo momento la pasión en su trabajo. Desde que el primer canto que escucha identifica el tipo de ave que brinca entre las ramas de los árboles y rápido apunta con su cámara.
"Las primeras salidas que daba fue en el parque Regional, estaba viviendo cerca, entonces algunas mañanas me iba ahí y durante dos años pues logré una lista como de 90 especies, que visita el parque regional".
Con casi 10 años de experiencia, destaca que Colima tiene sus joyas para la observación de aves, como en el Volcán Nevado de Colima, la Sierra de Manantlán, en los pueblos del Terrero y Lagunitas, así como en la misma zona conurbada.
Desde los Pijijes, hasta los migratorios que son los Chipes, las mismas calandrias, no, que de repente son como, están muy presentes y después se van".
Para Oveth, la observación de aves es una actividad importante en materia turística y económica para el estado, pues hay personas que viajan desde Estados Unidos y Canadá a practicarla.
Afirmó que, sin tener experiencia, cualquiera puede realizarla, pues basta contar con unos binoculares y salir al jardín de la colonia y comenzar a disfrutar de la biodiversidad y riqueza natural de Colima.
"Te enriquece como persona, porque como dices, no, estamos aquí en lo urbano y tenemos otro ritmo, otro tipo de vida, y cuando estás allá en el campo entiendes la naturaleza de otra forma".