Tras el fuerte oleaje que se registra en playas de Manzanillo, Adriana reconoce que el aumento de la marea y el choque de las olas contra los muros de los restaurantes, se ha convertido en un atractivo para turistas y comensales; sin embargo, ante el peligro y de incrementar una vez más, afirma que para ellos la seguridad del cliente y de los trabajadores es primero.
"Estamos al pendiente del semáforo, ya dependiendo de lo que nos comente también Protección Civil, ya nada más estamos en espera de si podemos abrir el restaurante para no arriesgar ni al cliente externo ni al interno también".
En la zona conocida como Playa azul del puerto colimense, Adriana trabaja como encargada en uno de los restaurantes que cuenta con una panorámica privilegiada al estar asentado a pocos metros del mar, por lo que, tras el paso del huracán Enrique, el fuerte oleaje llamó la atención de las personas.
"De hecho sí tuvimos clientes que venían a ver más que nada el espectáculo de las olas, porque independientemente del peligro, algo que nos regala la naturaleza pero sin riesgo alguno". / "Sí, claro, les llama la atención, de hecho se pueden parar por horas aquí al estar viendo a los surfistas que vienen también aquí enfrente del restaurante".
Reconoce que todavía falta mucho del temporal de lluvias y es posible que se registren más fenómenos climáticos como el huracán Enrique y, pese a que las olas son atractivas, recomendó no arriesgarse y no poner en riesgo a otras personas.
"No, sí, ante todo la seguridad de todos nosotros, sí, sin arriesgar a nadie".