Operador de carga, trabajo apasionante pero peligroso

Su pasión por operar camiones de carga pesada comenzó cuando tenía 12 años, la mejor herencia que le puso haber dejado su padre, señaló Gerardo López Gómez.

"Mi padre tenía camiones y desde la edad de 12 años comencé a manejar, ya tengo 35 años de operador de trailers siempre me gustó el trabajo este porque es un trabajo que nunca terminas de conocer".

Es originario de Guadalajara, Jalisco, pero su residencia la tiene en el municipio de Armería.

López Gómez, describe su trabajo como apasionante pero muy peligroso. Pues en más de una vez ha sido víctima de la violencia que se vive en el país.

"Los atracos de las ratas que ya muy frecuente se mira en este tiempo, ya me tocó una experiencia en Loma de Fátima donde está la virgen ahí se me descompuso un carro y lo terminé de arreglar y como que me estaban esperando porque en cuanto me subí al camión me llegaron tres con arma y me llevaron detenido con todo y carro, después me trajeron a Colima y de ahí me subieron a un carro pequeño y me fueron a dejar en un cerro y se llevaron el carro, a los cuatro días encontraron el carro pero ya estaba vacío".

Pero no solo la inseguridad pone en riesgo la integridad de los operadores, también los caminos y los propios ciudadanos.

"Caminos con muchas curvas y todo eso/y de los vehículos pequeños que nomás se le meten a uno a veces se ponen a rebasar en curvas cerradas y a veces se tiene que dar uno el amarrón y por situaciones de esas han fallecido compañeros porque los rollos de lámina se amarra y se truenan las cadenas y un amigo viniendo de Manzanillo sufrió un accidente y le rodó un rollo por encima y ahí falleció el".

Por ello, cada vez que va a salir a realizar algún viaje, se despide de su familia y encomienda su vida a Dios.

"Le pido mucho a Dios que me guie por buen camino y que me quite de enfrente las personas malas/y tu familia qué te dice? ya están acostumbrados porque a veces pasas hasta tres meses sin verlos porque lo mandan a uno a Veracruz, Altamira, Monterrey, Ciudad Juárez, anda uno en casi toda la república mexicana transitando".

Viajar, conocer lugares y personas y disfrutar de vez en cuando el clima y los paisajes al mismo tiempo que va detrás del volante es lo que más disfruta Gerardo. Ahora él es quien ha heredado el legado a uno de sus hijos, quien también ya maneja una unidad de este tamaño.

"Y algún día has pensado en retirarte o hasta que el cuerpo aguante como dicen, como dicen por ahí hasta que Dios lo recoja a uno porque no sé si ha visto personas mayor de edad bien canosos y andamos arriba en el volente atrás de la ruedita manejando/porque no sabemos cuándo es el momento de la retirada, porque no sabemos cuándo es el momento de la retirada, porque dicen que cuál es el kilómetro que no recorre uno? Pues donde quedó uno, es el que no alcanzó a recorrer".