El organillo es uno de los instrumentos más populares en las plazas y avenidas de México, el cual consiste en una caja de madera portátil, con puntillas de bronce que producen su peculiar sonido.
Esta tradición se ha extendido por todo el país, incluso, en Colima, en donde cada vez, es más común escuchar este sonido melancólico y dulce por las principales avenidas.
"Lo bonito es que la gente nos lo aplaude, las señoras grandes, de todas las edades luego pasan y nos felicitan, muchas felicidades por venir aquí a Colima porque en realidad nos queda muy lejos de donde venimos".
Erick Santiago Peña, originario de Ciudad de México, comparte que su gusto por esta caja de música se lo heredó su padre, mientras que a sus hijos, les enseñó el oficio pero ellos decidieron dedicarse al estudio.
"Tratamos de hacerles el día bonito con la música del cilindro/venimos a Toluca, Querétaro y así andamos en todas las ciudades para que conozcan la tradición del organillero porque sí se ha perdido mucho".
Aunque suele pensarse que el organillo es un instrumento mexicano, pocos saben que su origen es alemán. Se trata de una caja portátil con una manivela que, al ser hueca, tiene unas puntillas de bronce que dan las notas de cada melodía.
"Porfirio Diaz fue el que trajo la música aquí a México, estos eran de Alemania y se los trajeron a México, ahora hasta se los quieren llevar a Estado Unidos, para China, para todos lados pero no, porque es una tradición de México y nosotros la conservamos".
El changuito de peluche que llevan sobre la caja de música, anteriormente se trataba de un animal de verdad, que era el que pedía el dinero, sin embargo, en la actualidad esta práctica está prohibida.
"Era antes el que pedía, ahora traigo otro, ah no es cierto".