La necesidad y las ganas de salir adelante llevaron a Gustavo Reinaga Amezcua, a sus 13 años a dedicarse al oficio del albañil que aprendió gracias a hombres adultos que al ver que era un adolescente decidieron enseñarlo, así empezó ayudando de chalán y cargado ladrillos.
"Se enseña ahí poco a poco tocan maestros que le echan la mano a uno y lo ponen hacer ya cosas y va uno agarrando y ahí poco a poco y las ganas de aprender ¿ qué empezó haciendo ? la mezcla que es lo normal, revolturas, armas fierros todo eso".
Pero 40 años después Gustavo explica que ahora sabe hacer de todo, que se siente orgulloso de su trabajo, que le ha permitido sacar adelante a su esposa y sus cuatro hijos, las dos mujeres con estudios profesionales, para él cuatro décadas después es una gran satisfacción pasar por una casa o edificio y pensar que él ayudó a construir.
"Cuando empieza uno se siente un poco como estresadón porque ve uno puro corral, pero ya cuando la termina uno se siente bonito por la posibilidad de ver las casas terminadas ¿ residencias ? residencias o poco más chico, pero si se siente bonito"
Entre las obras en las que ha participado está el fraccionamiento las Lagunas en Villa de Álvarez, diversas casas en la comunidad de Cuyutlán y en Guadalajara y otras en la capital colimense, por lo que consideró que en su trabajo si le echan ganas y no hay fugas de dinero en vicios, los recursos si alcanzan.
Al celebrarse hoy el día de la santa Cruz, dos Gustavo y sus compañeros de obra reconocen que no les tocó festejo y los dueños de la casa que están construyendo no colocaron la cruz de papel y colores que se acostumbra, pero aún así envió este mensaje a sus compañeros de oficio.
"Felicitar a todos los albañiles y macuarros y toda la gente".