Las personas con enfermedades crónicas pueden ser más vulnerables al calor extremo, porque tienen más factores que afectan la capacidad de su organismo para regular la temperatura, como la toma de medicamentos que afectan a la capacidad del cuerpo para controlar su temperatura o la sudoración.
La Secretaría de Salud agregó que, entre las personas que están en mayor riesgo de enfermarse por la onda de calor, se incluyen bebés y menores de hasta 4 años de edad, las personas de 65 años o más, quienes tienen sobrepeso y las que están enfermas o toman ciertos medicamentos.
Niñas, niños, personas adultas mayores y con enfermedades crónicas, son particularmente vulnerables a correr el riesgo de deshidratación, agravamiento de ese tipo de enfermedades o incluso un golpe de calor, que es uno de los daños a la salud que pueden afectar a población por la exposición prolongada a las altas temperaturas ambientales por la radiación solar.
Asimismo, afecciones como las enfermedades cardiacas, las enfermedades mentales, la mala circulación de la sangre y la obesidad, son factores de riesgo para presentar enfermedades relacionadas con el calor, además de que las personas con sobrepeso u obesidad tienden a retener más calor corporal.
Por estas razones, es muy importante que, si alguna persona llega a presentar síntomas como deshidratación, dolor palpitante de cabeza y respiración agitada, acuda a su centro de salud con la o el médico tratante para darle seguimiento si es que presenta algún padecimiento crónico.