Pese al encarecimiento de los insumos y materia prima, restauranteros en Colima han tratado de resistir y evitar incrementar los platillos y servicios que ofrecen.
"estamos sosteniendo los precios, para nosotros es impensable ahorita también que el consumidor final sea el que pague el pato, estamos viendo cómo nos hacemos más rentables, como hablamos con los colaboradores para desperdiciar menos, negociando mejores precios, buscando al productor directamente y tratando de comprarle directamente".
Entre los productos que han incrementado exponencialmente se encuentra el limón, cuyo precio ha rebasado en algunos lugares, los 100 pesos, la canasta básica en general y los energéticos (luz, gas, gasolina).
"Si es un gasto que no traíamos que no estábamos acostumbrados, de repente de pagar 150 pesos por limón diario, a lo mejor estamos pagando 500 o 650, pero el gran conflicto es que todo sube, sube la carne, sube el marisco, subió el pollo, el resto de los vegetales, la fruta, subió la energía eléctrica".
A diferencia de otros años en donde se pronunciaban en contra de estos incrementos e incluso buscaban acercamientos con autoridades para llegar a acuerdos y no les impactara tanto el tema de la inflación, han tratado de adaptarse a las circunstancias, pues aseguran que las autoridades no escuchan, no existen procedimientos jurídicos con los que puedan defenderse, pero además, la PROFECO ya no existe en Colima, por tanto, no hay forma de exigir que se revisen los precios de productos y servicios.