A pesar de que la pandemia del Covid-19 provocó daños económicos a diversos sectores, por la paralización de las actividades, el campo istmeño no tuvo mayores complicaciones, asegura Tomás Chiñas Santiago, Presidente de la Asociación Civil Tona Taati de la ciudad de Juchitán, Oaxaca.
Indicó que por las características de la actividad, los campesinos no pararon sus labores, por lo que se tuvieron producciones de maíz, sorgo y ajonjolí que es lo que principalmente se produce en esta región.
Informó que en la región existe un padrón de 36 mil productores que siembran en 76 mil hectáreas, 7 mil productores de sorgo, con una superficie de 21 mil hectáreas y un aproximado de mil productores de ajonjolí que cultivan en 2 mil hectáreas.
En el inicio de la pandemia, se presentó el acaparamiento de los productos, pero con el paso de los meses la población se ha ido adaptando, con el uso de alternativas para la compra-venta de los granos.