Angustias, desveladas continuas, desesperación y por supuesto un gran desgaste económico, ha sido parte de lo que Yolanda ha enfrentado desde que sus dos hijos fueron diagnosticados con asma, enfermedad que nunca esperó que padecieran y que de no tener los cuidados adecuados puede derivar en un suceso fatal.
"Era de que cada semana, cada semana, estaba enfermo, cada semana estábamos en el médico y ya cuando a los cuatro años de mi niño nació mi otro niño que también a los tres meses empezó con asma, entonces fue así como de unos días uno, otros días otro, a veces los dos al mismo tiempo"
Afirmó que no ha sido nada sencillo pues ningún padre está preparado para hacerle frente a estos padecimientos de los hijos.
"Tienes que estarlo checando a cada rato, checarles sus respiraciones, estar viendo su garganta si se les durmió un poquito o no; cada gripa que les entraba era segurito que se les hacía bronquitis"
Otra complicación, relata Yolanda, fue la economía pues los tratamientos no son nada baratos.
"El tener un nebulizador en casa que se está usando muchas veces a la semana pues se van, se descomponen rápido, entonces hay que comprar otro. Yo había noches en las que pues no dormía prácticamente, me aventaba 3 o 4 días que dormitaba porque las nebulizaciones se les tenían que poner cada 4 horas"
Yolanda comparte que una de sus preocupaciones más grandes fue que cualquiera de sus hijos iniciara una etapa de asma y que ella no estuviera. No obstante destaca que por fortuna su hijo mayor ha superado esta crisis y ha dejado el inhalador, en tanto que el más pequeño pasa por ese proceso, sin embargo ella como mamá siempre está consciente que las crisis pueden regresar.