Ante la falta de oportunidades laborales para personas mayores y con la necesidad de sacar a su familia adelante, es que Manuel Salvador Gómez Martínez decidió emprender su negocio de venta de agua de coco, tejuino, fruta picada, tuba, entre otros antojitos al pie de la carretera Villa de Álvarez-Minatitlán hace cuatro años.
"De ahí comenzamos, vendí pura agua, de ahí metí frutita, duritos, hielitos/trabajar, trabajar, trabajar para no andar de huevones".
Reconoce que al principio fue complicado alimentarse, sin embargo, con el paso de los días, este negocio se convirtió en el sustento de la familia.
Aunque los primeros meses de pandemia, fue la etapa más complicada que vivió.
"Sacamos para comer y para lo que se venga un poquito más/a veces son los días buenos, a veces son los días malos, aquí la gente viene mucho turista aquí conmigo, por el agua, cocos helados".
Lo que más le gusta, dice, es tratar bien a sus clientes, pues gracias a ellos su familia puede salir adelante.
Aunado a ello, se siente satisfecho de poder proporcionar a las personas un producto de calidad y preparado con amor y entusiasmo.
"El dengue sabe que ahorita está bravo y visitan mucho el agua de coco y con los cuatro años que tengo aquí aprendí un poco de que se trata el coco".
Manuel señala que le gusta mucho esta actividad que realiza, lo hace sentirse motivado y también gusta de compartir anécdotas con quienes llegan a su negocio, por lo que espera tener mucha energía para seguir al pie del cañón durante muchos años más.