Tomás Inda Barrera es originario de Cuba, desde muy joven comenzó a incursionar en el mundo de la fotografía sin imaginar que lo que comenzó como un hobby se convertiría en su verdadera pasión.
"Yo comencé en el mundo de la fotografía por afición, a los 14 años mientras estudiaba la secundaria básica, vi las fotografías de un fotógrafo mayor que era el fotógrafo de mi escuela/conversé con él y me dijo te enseño un poco y no tenía cámara, los primeros meses comencé con un pinfall una cajita con un huequito que utilizan muchas personas para comenzar en la fotografía".
"Cuando cumplí los 15 años el viejo, mi papá convencido que realmente estaba enamorado de la fotografía por trabajar con una cajita por tanto tiempo, me compró una cámara, soy de una familia pobre por tanto comprar la cámara era difícil y me dijo, ¿sabes cuánto tiempo come esta familia con lo que cuesta tu cámara?".
Más tarde comenzó a prepararse profesionalmente en esta área y con el paso de los años fue perfeccionando sus técnicas. Ahora también es profesor y creador de una escuela prestigiada en Cuba.
Su especialidad de la fotografía de retrato, de interiores, pero lo que más le apasiona en la fotografía de paisaje.
"Me parece que hay lugares que tienen magia y que no todos los fotógrafos pueden demostrar la magia de los lugares, se requiere de sentimientos también, no sólo de conocimiento fotográfico, se trata de ver aquello y ver en qué radica la belleza del evento, de cualquier paisaje y tratar de hilar esos componentes y llevarlo a la fotografía".
"Muchas personas llegan, ven o se sienten atraídos por un atardecer, sacan la cámara toma fotos y cuando llegan a casa ven que no tiene que ver con lo que vieron, la fotografía no sólo es sacar fotos, es llevar sus sentimientos a la fotografía".
Y para compartirnos y transmitirnos un poco de sus sentimientos y los bellos paisajes que ha captado a través de su lente en la Habana, el hombre con una trayectoria de más de 50 años, presentó alrededor de 30 obras en el Museo universitario Fernando del Paso. La exposición lleva por nombre "la Habana real y maravillosa".
La Habana el año que viene llega a los 500 años de existencia y el historiador Eusebio Leal ha declarado el año de La Habana real y maravillosa/ lo que quiero mostrar es la belleza de la ciudad y los habitantes porque una ciudad es nada sin las personas, sus edificios, sus casas, pero la gente también porque le dan vida a los lugares".