Redes de drenaje en México son insuficientes para evitar inundaciones

Estos escenarios no son sorpresa en nuestro país, cuando llega la temporada de lluvias, la población sabe que los sistemas de drenaje colapsan, que las calles, se convierten en arroyos.

Jesús López de la Cruz, especialista en hidráulica y medio ambiente explicó que "quiere decir que no hay planeación en el desarrollo de infraestructura para atacar el problema de el agua que tenemos pluvial durante las tormentas".

De acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención de Desastres, alrededor de 22 millones de personas están expuestas a catástrofes causadas por inundaciones y con pérdidas cerca de 4.5 billones de pesos.

Escenarios como estos se han observado en Tabasco, Hidalgo, Estado de México, Jalisco y Ciudad de México, de acuerdo con especialistas, el sistema de drenaje es por lejos insuficiente y gran parte está caduco.

Un ejemplo, la zona centro de la ciudad de Colima, sus redes tienen más de 50 años de antigüedad, autoridades reconocen que el colapso podría venir en cualquier momento. En Jalisco sucede algo similar, pues en Zapopan fueron instaladas hace 40 ó 50 años.

Julio Lugo Barriga, presidente de la delegación CMIC en Colima, aseguró que "las manchas urbanas crecen rápidamente y no se tiene una planeación ni suficientes recursos de parte del gobierno para que los proyectos de drenaje pluvial sean los suficientes para que cuando hay temas de ciclones o lluvias copiosas".

Hasta el año 2020, el INEGI estimó 35.1 millones de viviendas en el país de las que 27.4 millones están conectadas a la red pública de drenaje. Los especialistas urgen a que las necesidades de infraestructura en drenaje se ajusten a una concienzuda planeación.

"No hay una planeación a largo plazo sobre qué infraestructura es necesaria (...) a veces se repiten estudios porque llega una administración, se va, llega otra y vuelve a mandar a hacer los mismos estudios que antes se tenían", asegura Jesús López de la Cruz

Si las necesidades no se atienden, subrayan, se seguirán generando zonas de vulnerabilidad, y las personas serán las que enfrenten los riesgos a su patrimonio y a la vida propia.