Hacia el suroeste de la Villa en la carretera Colima-Juluapan en el kilómetro 3 se encuentra el paraíso de las aves carroñeras, una monumental loma que a simple vista no muestra su verdadera naturaleza, pero a la nariz no engaña.
El relleno sanitario de Colima, ubicado en Villa de Álvarez es el lugar al que llegan los desperdicios de cinco de los municipios del estado, y del que el el mismo gobierno a tomado riendas desde el año pasado. A casi un año de esto el equipo de meganoticias dio un recorrido por esta montaña de basura.
La cantidad de basura que hay parece ser menor a la que uno esperaría, pues a pesar de contar con mucha basura acumulada sólo es una fracción, aunque la cosa cambia cuando te enteras que debajo de la tierra que pisas, hay más basura. Lo primero que asalta a los sentidos es con buenas razones un golpe inevitable a la nariz.
Los buitres se abalanzan por las bolsas que encuentran esquivando camiones y tractores que empujan la basura. Los trabajadores, bajo el calor que aumenta los olores, improvisan techos en la cima del cerro de basura.
A los alrededores los vecinos de este recinto, les aqueja los olores, pero más que eso son los regalos que llegan con el viento.
Daniel González
"A mi de vista, por lo que sé, le falta ahí que le echen más material. Porque cuando hace mucho aire, se hacen remolinos y hasta acá viene la basura, sobre todo las bolsas.
Gabriel
"Huele más feo, y pues sí. falta echar más tierra para que no huela tanto, y menos basura por toneladas, para que se acabe de tapar todo pues, y pues se acabe el olor feo"
Este paraje es una prueba de lo que no queremos ver como personas, de lo que dejamos atrás, tiramos y olvidamos. De cómo aunque tapemos lo que tiramos, aún nos puede afectar.