J. Jesús Madera Reyna se dedica desde hace 40 años a la reparación de máquinas de coser, un oficio que aprendió casi por azares del destino.
"Andaba buscando trabajo pero paso por una empresa llamada Singer Mexicana y me dicen joven no le gustaría trabajar aquí, si me gustaría pero yo solo sé sacar fruta, y me capacitaron y empecé en 1973/entré como vendedor y a los seis meses fui gerente de ventas de ahí duré 15 años, conocí de todas y salí y no hayaba que hacer y pues me puse a arreglar máquinas".
"Empecé a comprar máquinas usadas, si no es robada si, y voy coleccionando tengo máquinas de todo el mundo, Italianas, Francesas, Checoslovacas, Mexicanas, Chinas".
Madera Reyna califica este oficio como muy noble, pues además de permitirle mantenerse activo a sus 74 años de edad, continúa siendo el sustento de la familia.
"Me siento bien con ganas y hasta ahorita sin ninguna enfermedad que me detenga, me siento a ver una máquina, es mi hobbie, me siento y me concentro, me relajo, me olvido del mundo es algo que me mantiene vivo, tranquilo, sin estar pensando en los problemas de la vida".
"Aquí estoy esperando y llega un cliente de Tecomán, Tonila, Quesería, de varias partes y me conoce mucha gente y no habemos muchos que arreglamos somos dos tres, hay también dos tres en la calle pero no son muy confiables/hay gente que di8ce va a dejar a alguien? el muchacho es mi hijo y sabe muy bien pero no está muy bien con el vicio pero pues a ver a quien le dejo mi legado porque esto es muy bonito".