"Yo creo que la vida sin música no vas a tener un sound track de vida, la música puede ser desde que vas a la iglesia tiene que haber música hasta en un velorio tiene que haber música y toda la música te va dar una manera de sentir y estar y yo me siento muy feliz con ella".
Hace tres décadas, Felipe Mauricio Torrentera Valdés, conoció la música a través de su talento para tocar la batería, estudió la disciplina, aunque también se preparó como diseñador gráfico y pedagogo infantil musical. Su pasión y entrega a la música, lo trajo a Colima hace 15 años en donde a través de su propia academia enseña a jóvenes y niños el bello arte de crear música.
"Yo no soy de la ciudad de Colima, yo empecé a querer tocar el instrumento cuando tenía 10 años y en la Ciudad de México no existía nadie que diera clases de batería hasta que conocí a la baterista de Gloria Trevi y ella (claudia) fue la primera que me enseñó por partitura y me enamoré tanto del instrumento y de la música como tal que yo ya no lo solté y a las 13 años empecé a dar clases para pagar mis propias clases con Max Cortazar, baterista de Timbiriche".
"El escenario es increíble que es lo que más me gusta? hoy en día a enseñar, aunque ya tengo una carrera pedagógica bastante importante el descubrir que la música genera muchas cosas importantes en el cerebro retención de información, etc. Eso es lo que he descubierto por eso me gusta mucho lo que hago".
"Me di cuenta que no existían escuelas de este tipo en donde se diera batería, guitarra eléctrica, guitarra acústica, iniciación musical infantil me di cuenta que ni a mis propios hijos los podía meter para niños menores de dos años/ y hace 6 años que fue cuando yo puse la escuela fue pensando en bueno yo ya lo estudié vamos a darle a esos niños que no están aceptando en otras áreas a nivel musical o para motricidad o el lenguaje por eso iniciamos".
Esta escuela cuenta con aproximadamente 85 alumnos. Una de sus mayores satisfacciones es ver como sus enseñanzas han trascendido y ahora algunos de sus estudiantes ya comparten escenario con importante celebridades de la industria musical, su máximo sueño, lograr que este y otros géneros musicales sean profesionalizados al igual que pasa con la opera y la música clásica.
"Tengo varios alumnos, unos que se acercaron a mí para entrar a Brooklyn, Uriel, y uno de ellos que cuando lo conocí Marcos Castro, fui su primer maestro que le dio todas las bases si ha tenido otros maestro pero él ahorita es baterista de Gloria Trevi y es como bien bonito/ de ser profesional a nivel popular-contemporáneo mi sueño va ser que el del norteño sea especialista en norteño el que se del rock and roll, el de la salsa y merengue".