Talabartero lamenta desinterés de jóvenes por algún oficio

Andrés López Ramírez tiene más de cuatro décadas como talabartero, oficio que le heredó a su padre J. Lucio López Gómez, quien a su vez comenzó en esto hace más de cinco décadas.

"Él comenzó en el negocio en lo que era la venta de la piel para cualquier artículo y ahí empezó a trabajar a fabricar algunas cosas que le pedía, y de ahí comenzamos a fabricar productos adicional a la venta y de ahí se pasó de mano en mano".

Andrés, señala que la talabartería es la mejor herencia que le pudo haber dejado su padre, quien aún lo acompaña en el negocio, no obstante, lamentó que en la actualidad ya no haya interés por parte de los jóvenes en llevar a cabo alguno de los oficios que distinguen a los colimenses y al país.

"La labor de un padre es dar lo mejor para sus hijos, lo material se va pero te queda el aprendizaje, la tradición y el reconocimiento de las personas, hay personas en el estado que son huaracheros o algún oficio que dejan un legado y de eso se trata, porque es peor si dicen falleció tal señor pero dejó a su hijo y para nada sirve, que siga siendo un legado".

"Hay muy pocos talabarteros en el estado de Colima, son muy pocos los que quedan, yo pienso que sería bueno rescatar este oficio, las nuevas generaciones prefieren una carrera pero no olvidemos que siempre para llegar al éxito de una carrera es importante un oficio para poder llegar, hay que tener oficio porque esto es muy gratificante".

Entre las actividades que realizan es; la venta y reparación de equipales, trabajan desde un cinto hasta una montura y varios artículos de piel, les gusta complacer a sus clientes.

"Me gusta mi trabajo desde algo pequeño hasta lo que se complique, es dar tu mejor esfuerzo para que el cliente se vaya de la mejor manera satisfecho y que te diga me gustó tu trabajo te deja algo que te hace sentir bien e importante".