Antonio Velasco lleva más de 30 años como titiritero, sin imaginar que su vida tomaría un rumbo diferente, pues por azares de la vida dejó de trabajar como administrador para dedicarse a lo que terminaría por darle una de las más grandes satisfacciones de su vida.
"Íbamos a la Ciudad de México a los cumpleaños y ahí mi primo, era el que llevaba el espectáculo que era un show de títeres a la fiesta de mi primera hija, se me hizo muy padre, mágico, y yo lo vi por el lado de el fin de semana podemos hacer este rollo se hace padre, divertido, yo lo vi asi, para hacer fiestas o algo, pero duró muy poco esa idea."
Nunca pensó que lo que empezaría como un gusto, terminaría llevándolo a un ámbito profesional, todo surgió cuando su primo tuvo que cambiar de residencia y lo que en ese entonces era Los Títeres de Cachiporra, pasaría a ser un proyecto unipersonal que Antonio sacaría adelante. Más tarde, el destino lo traería a Colima y a partir de ahí comenzó a buscar proyectos culturales.
"Mis primeros acercamientos fueron alrededor de 29, 30 años, ya 27 que tengo en Colima pude acercarme a gente que se dedicaba a esto y me encuentro con una compañía de títeres que estaba en ese entonces en el Instituto Colimense de la Cultura y se llamaba Títeres del Sótano y me empecé acercar, me abrigaron de colegas."
Su viaje a Cuba como parte de su preparación, le permitió observar las similitudes entre México y este país, pues a pesar de que no de existen carreras profesionales como en Europa del Este, esto no es impedimento para enriquecer lo que tanto ama, pues en 1994 lograron llevar a cabo el Festival de Títeres en Colima, sin dejar de lado los diferentes lugares que ha logrado conocer en busca de una mejora profesional.
"A través del tiempo, Cuba tres ocasiones he estado por allá, obvio todo el país en la mayoría y Europa."
Actualmente se encuentra trabajando en el proyecto Alas y Raíces, pero a futuro planea realizar un proyecto de 3 años, el cual comenzará en sudamérica y culminará en Europa.
"Al final trataremos de tener una memoria, un libro que podra ser tambien, viajar con los medios, con un canal de YouTube para ir compartiendo todo lo que vamos viviendo."
Para que el mundo de los titiriteros siga en pie, se necesita de padres que inculquen el valor del arte y gente loca como él dice, que quiera llevar a más personas esta bonita labor.