Para la abogada María Elena Ruiz Visfocri es urgente que comiencen a aplicarse las leyes en materia laboral y de prestaciones sociales para proteger a las personas que trabajan limpiando casas, en su mayoría mujeres explotadas.
"Están en desamparo e indefensión las trabajadoras domésticas, puesto que a parte de que su trabajo no se aprecia, y es remunerado el promedio ahorita es un poquito por arriba del salario mínimo que está en 88 pesos y generalmente las mujeres o jovencitas casi niñas ya trabajan como empleadas y ganan entre 100 a 150 pesos".
Precisó que en la mayoría de los casos viven todo el tiempo en la pobreza, porque sus salarios son bajos y no aspiran a jubilarse, por lo que al entrar en vigor las reformas a la Ley de IMSS deben regular y vigilar que los patrones cumplan con respetar las jornadas de 8 horas de trabajo y ofrezcan salarios equivalentes a la labor que desempeñan, ya que actualmente un hombre gana más por hacer el mismo trabajo.
"Lo cual provoca una discriminación injusta contra dichas trabajadoras porque siendo trabajadoras domésticas o del hogar así trabajen toda la vida que entren a trabajar a los 15 o 16 años y dejen de trabajar porque ya no puedan a los 70 años, no van a tener un plan de jubilación, no tienen asistencia médica y muchas recurren al seguro médico popular o a las farmacias donde las recetan y al final de su vida productiva no va a tener una pensión".
La abogada puntualizó atención especial merecen las trabajadores domésticas de las zonas rurales e indígenas que llegan a laborar a las casas de la zona urbana, viven ahí y trabajan prácticamente los siete días de la semana bajo el argumento de que no conocen a nadie y no tienen a que salir.
