El señor Tránsito García Reyes, se dedica a la venta de cocos frescos desde hace apenas unos meses. Decidió colocar el negocio junto con su sobrino debido a la falta de oportunidades de empleo.
"Ahora en febrero fueron los primeros días que abrimos y la idea no es mía es de mi sobrino/él estaba en Estados Unidos y se vino y le vino la idea de poner esto/el coco lo trae de Cuyutlán y él lo compra allá y aquí me toca partirlo y venderlo".
Tránsito, señala que se trata de un trabajo que no representa riesgos para una persona mayor, pero además le sirve como distracción cada vez que llegan los clientes y se quedan un rato a conversar mientras se toman su bebida refrescante.
"Para mí lo más bonito es que no me ando matando por allá trabajando en otras partes y atender a la gente también da gusto cuando lo tratan a uno bien porque a veces también te regañan / aunque vengo de fuera en bicicleta pero diario me vengo de San Joaquín/me sirve de ejercicio por eso lo hago porque aquí todo el día estoy sentado a ver si rebajo poquito".
"Está bueno y lo vendemos helado se vende mejor y tiene buena vista es el que estamos vendiendo al lado, se antoja por el calor/que vengan y prueben los cosos".