Tras una larga batalla, venció el cáncer

Este es el sonido que todos los pacientes de cáncer desean escuchar, pues cuando un menor es dado de alta debe tocar la campana a modo de despedida del instituto estatal de cancerología.

Afortunadamente, la pequeña Livier Alejandra Moreno Solórzano, después de más de tres años de tratamiento lo hizo.

"Únicamente la llevamos cada mes a revisiones y le hacen una VH de control pero ya no recibe quimioterapias, no toma medicamento, eso ya lo terminó por completo".

A pesar de que sus padres hoy ya sienten una tranquilidad que durante varios años no lo hacían, Alejandra Solórzano, recuerda lo difícil que fue escuchar a los doctores cuando su hija fue diagnosticada con cáncer.

"Ella era muy sana y empezó con fiebres, dolor de cuerpo y de rodillas, las fiebres eran de 39, 40, no quería comer estaba pálida en cuestión de dos días se hizo un estudio pensando que era hepatitis y no el resultado decía que era leucemia".

"Yo sentía que todo se me venía encima sentía que todo se me había derrumbado, porque como una niña con seis años recién cumplidos tenía cáncer, creo que como mamá piensas lo peor, se te vienen mil cosas, yo lo primero que pensé se va a morir/y poco a poco fui haciéndome a la idea que podíamos salir, después de que lloré, grité, hice reclamos de porqué Livier, empecé a pensar positivo y a creer que podía salir."

La mujer, describe a su pequeña como una guerrera, pues considera que su actitud fue punto clave para vencer esta terrible enfermedad.

"Mi hija lo tomó de la mejor manera, le dieron la primer quimioterapia y ese mismo día se le empezó a caer el cabello por montones y ella lo tomó de la manera más maravillosa que te puedas imaginar, ella sonreía y me decía mamá se me está cayendo mejor ya rapame porque no me deja comer, siempre tuvo una actitud maravillosa y eso le ayudó muchísimo/incluso nunca quiso sombreros ni gorros y cuando traía es porque la obligaba por que le hacia daño el sol pero me decpia no me gusta prefiero estar así".

Esta situación le ha dejado un gran aprendizaje  como mamá y como ser humano.

"Que tenemos que valorar todo y me refiero a todo, tu familia, el tiempo con tus hijos, aprovecharlo al máximo porque así como ahorita eres felíz quizá mañana te dicen que tienes cáncer o un tumor y entonces se va el tiempo se va y no lo puedes regresar".

Hoy Alejandra agradece a Dios, a la vida y a los doctores por el milagro de poder seguir disfrutando de su pequeña que ahora ya tiene 9 años de edad.

"De repente llega un doctor que es el que nos hizo un gran milagro, yo creo que Dios no lo puso ahí él llegó hizo lo que tenía que hacer y a las pocas horas Livier estaba en sus signos los monitores y desde ese momento Livier salió y aquí está".