Felipe de Jesús forma parte de la tercera generación en su familia de artesanos originarios de Quiroga, Michoacán, que han elaborado juguetes de madera por muchos años. Reconoce que aunque ha sido difícil, esta tradición se mantiene viva entre las nuevas generaciones.
"Mi bisabuelo, sí, mi bisuabuelo empezó con lo que viene siendo a hacer llaveritos pequeños de madera y poco a poco empezó a meter lo que fue el juguete" / "Todo es a mano, sí, desde la materia prima que viene siendo es la madera, se corta, se pinta, se empieza a dar el modelado del producto que va a ser"
Elaboran de todo: los tradicionales trompos, yoyos, baleros, carritos, aviones, sonajas, flautas, tambores, alacenas, rompecabezas, réplicas de maquinaria pesada, tortilladoras, juegos de ajedrez, dominó, gato, xilófonos, entre varios juguetes más, mismos que posteriormente venden en exposiciones.
"Los niños se sorprenden mucho porque, pues, ya no ven que haya pantallas, pilas. Ahorita es una guerra que tenemos con la tecnología, lo que es la cultura mexicana que se está perdiendo, ahorita ya todos, a veces se les hace costoso un producto pero no tienen en cuenta que a veces duramos hasta tres días en elaborar un producto"
Felipe destaca que, por fortuna, niñas y niños todavía se interesan en los juguetes de madera, y considera que esto es fundamental para que la tradición mexicana continúe entre tanta tecnología que surge a diario.
"A veces por quitarlo de encima rápido se le da el celular y lo dejamos que se entretenga pero pues no está desarrollando al 100 lo que viene siendo su imaginación, su creatividad".