Los vapeadores contienen altas concentraciones de nicotina y tienen efectos adversos a largo plazo en el desarrollo del cerebro, un sólo cartucho contiene 5% de sal de nicotina, es equivalente a entre uno y tres paquetes de cigarrillos, por lo que prolonga la adicción a la nicotina.
Desde 2008 están prohibidos por la Ley General para el Control de Tabaco, pues en la fracción sexta establece la prohibición para comercializar, vender, distribuir, exhibir, promocionar o producir cualquier objeto que no sea producto de tabaco que contenga los elementos de la marca u otro tipo de diseño o señal auditiva que lo identifique como producto de tabaco.
Sin embargo, en ese entonces no se utilizaba el término de dispositivo electrónico de suministro de nicotina o vapeador, por lo que en 2022, se emitió un decreto para la prohibición de su circulación y comercialización.
Actualmente está restringida la circulación y comercialización de los nuevos productos de tabaco conocidos como vapeadores y cigarrillos electrónicos en el país.
Por lo que ningún vapeador o calentador de tabaco tiene autorización sanitaria de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ni reconocimiento de la Secretaría de Salud, como productos de riesgo reducido o alternativo.