Una noche de diciembre Salvador Montes de oca, bombero desde siempre, tuvo una idea para navidad, llevar a los niños felicidad. Cobrado el aguinaldo paró a un traje de santa Claus comprar, esperando con eso que lo fueran a regañar. Para su sorpresa a sus compañeros no les dio pereza y fue así como un cuento de navidad se hizo realidad.
"El motivo es que la gente vea a bomberos como parte de una familia ¿no? Como parte de los compañeros como parte de la ciudad, que no solo estamos para desgracias, que estamos también para ayudarnos, para darle alegría en estos tiempos de estrés y de violencia. Pues es un poquito alegre sacar el camión, Ya mejoramos mucho del 2009 a la fecha, antes nos aventábamos del primero de diciembre a la fecha 20 kilos de dulces, ahora nos aventamos 20 kilos al día."
Añadiendo personajes, el equipo fue creciendo, El diablo, el Grinch y duendes se fueron añadiendo. También los juguetes no se hicieron esperar, y cada vez mas les fueron a donar. Pues sus actos heroicos son tales, que hace tres años mil juguetes repartieron a niños, niñas de barrios y de hospitales.
"Entonces con más de mil juguetes pensamos; ¿Qué vamos a hacer con tanto juguete? Porque eran demasiados y no podemos regalar solo en esta colonia porque se regalan para toda la sociedad. Entonces, nos dedicamos a ver qué albergue o que refugio temporal los podría ocupar y un compañero de bomberos que se llama Rafa Zamora nos habló de los albergues cañeros, los que están en el municipio de Cuauhtémoc, que ahí se ocupaba. Entonces ahí fuimos para allá primero."
El Grinch es el personaje de salvador, pero odiando la navidad regaló un juguete volador, una carta sorpresiva les llegó, y con el corazón en la mano ninguno se negó. Un niño de escasos recursos pidió un dron, y aunque no era un incendio los bomberos hicieron su actuación.
"Entonces la carta la publicamos en Facebook y de volada hubo gente que dijo, oye yo te pongo mil pesos, y le conseguimos el dron. Fue más canijo encontrar a los papás del niño, investigamos que desgraciadamente su papá había fallecido, su mamá seguía bien. Los encontramos a la abuelita primero y luego a su mamá. Y les dijimos que si no lo podían llevar el 25 de diciembre al jardín libertad. Lo llevaron, hicimos que fuera un duende y lo recogiera, lo llevó hasta el santa Claus y le dio el dron envuelto."
Y así fue como una vez más los bomberos mostraron su valía, ayudando a quien más lo pedía, cada diciembre los héroes se visten de estambre. Y aunque no se trate de fuego, compartir y apoyar tampoco es un juego, por lo que Salvador y sus compañeros no se detendrán en seguir haciendo creer a los más pequeños, en santa en los renos y en que se cumplen los sueños.