Lidia se dedica desde hace varios años a la venta de artículos de belleza, y aunque no son originales, asegura que antes de ofrecerlos a sus clientas verifica que sean de buena calidad.
"Yo antes de empezar a vender, calé cuatro proveedores y les compré y vi calidad en el producto porque resulta que en los clones hay calidad, "Clon A" "AA" "AAA" tienen sus categorías y buscando lo mejor calidad que es el que me quedé y primero lo usé yo para ver que no hicieran daño, que no afectaran y que sí son buenos":
Señala que como comerciante de este tipo de productos apócrifos le ha funcionado muy bien, pues sus clientas la buscan por la cuestión económica.
"Me ha funcionado muy bien porque los adquiero a buen precio, entonces se lo puedo vender a mis clientes a buen precio, yo le gano y ellos también porque están adquiriendo un producto de buena calidad a mejor precio que el original/los buscan mucho sobre todo por el precio me buscan, me hablan o me comentan que ocupan alguna cosa".
Aunque dijo estar consciente que adquirir o comercializar productos pirada es un delito, la joven expresó lo siguiente:
"La verdad se me hace muy raro porque está bien estoy de acuerdo que son clones, pero hay piratería en zapatos, películas, ropa, en todo hay piratería y la mayoría viene de China y para traerlos a México tiene que pasar un montón de aduanas, certificaciones/cómo pasa eso para llegar y que nosotros lo comercialicemos, si quieren detener eso tienen que empezar desde arriba".