Cuando era pequeña la joven Yoselyn fue víctima de discriminación por el simple hecho de ser mujer, ella recuerda que incluso en algunas ocasiones sin dolo, algunos familiares y personas cercanas cuestionaban sus gustos distintos a los estereotipos aprobados por la sociedad.
" No hagas eso porque lo hacen los niños, si quieres jugar futbol o basquetbol te tachan de marimacho o te etiquetan de forma para humillarte, en mi caso me gustaban los carritos y no creo que haya sido discriminación porque mis papás no sabían pero preferían darme muñecas porque decían que esos juguetes eran más de niños, siempre decían no te comportes como niño, siéntate como señorita".
Recuerda que cuando jugaba con sus primos a los power rangers la obligaban a ser la rosita o la amarilla aún cuando Yoselyn siempre quería ser el rojo porque era el color que le gustaba, aún cuando ella sabía que el personaje era masculino.
"Yo iba a jugar fútbol y la monja porque iba en escuela católica me dijo que no podía jugar a eso que fuera a jugar resorte con mis compañeritas y me dijo que si terminaba lastimada iba a ser mi culpa".
Compartió una anécdota que le tocó presenciar recientemente y que le hizo reflexionar cómo a través de los años hemos normalizado este tipo de discriminación que es tan común en la sociedad.
"Yo trabajaba en una zona de brincolines y tienes que tener calcetines especiales para brincar, teníamos de muchos colores y siempre se terminaba los colores azul y amarillo y casi siempre quedaban rosas/cuando vendíamos los calcetines yo entregaba los rosas a los papás y me hacían un problema si eran niños/un día llegó un señor y traía camisa rosa y le dí los calcetines rosas pues dije si el señor trae rosa no habrá problema, al darle los calcetines uy no me hizo de problema y me quedé seria y le dije, señor usted trae camisa rosa, agarró los calcetines y se fue".