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23 de Noviembre del 2024
Sociales

Viven en situación de vulnerabilidad

Viven en situación de vulnerabilidad

El es don José Olave González, un hombre con sus acciones ha demostrado el gran amor que le tiene a sus seres queridos, y que la fuerza física, no se compara con la valentía con la que ha sacado adelante a su hermano Rogelio que padece osteoporosis, diabetes, su cuñada Rosita padece esquizofrenia y otro hermano más que tiene problemas mentales, pero que aún no le han dado un diagnóstico.


Sin embargo, el problema se agrabó desde hace aproximadamente un año, cuando Rogelio se cayó, pues se fracturó la cadera y quedó inmóvil.


"Tiene quebrada la cadera, la parte izquierda así, y él dice que de aquí también está quebrado, los doctores me desmoralizaron que porque tiene hueco el, osteoporosis y no va a poder caminar, tenía la esperanza de que soldara y no soldó porque en el doctor me dijeron que no había lucha".


La carga física y emocional, aunado al problema en la próstata que don José padece, no ha  influido para que este abandone el ánimo y la sonrisa que le caracteriza, aún cuando económicamente le está yendo muy mal.


"Que me apoyaran en los pañales que es lo que sale más caro, medicamento/de mi hermano el otro que está en el centro de rehabilitación tengo que comprarle también para la próstata, en la similares me cuesta 135 el pomito que trae 20 pastillas y se debe tomar una diario y tengo que llevarle dos pomitos para 40 días se acaban y tengo que surtirme porque me piden allá y también del tratamiento para la esquizofrenia".


Olave González, reveló que tiene que ser muy organizado con el dinero que obtiene de la venta de tamales que su propia esposa prepara, pues de ahí, tiene que sacar para el medicamento, la comida de sus hermanos, su cuñada y los gastos de su hogar, pues el único apoyo que recibe es la pensión de su hermano, pero es insuficiente para todo lo que tiene que comprar.


"Es todo lo que recibimos y el almuerzo que le dan a ella de lunes a viernes solo a ella/yo y mi esposa, ella es la que me ha ayudado también a salir adelante porque ella hace los tamales y yo le ayudo a ir al molino, lavar las ollas, poner la lumbre, echar los tamales y cuando están listos la llevo a vender en la camionetita que tenemos".


El hombre de 59 años de edad, solo le pide a Dios fortaleza, salud y trabajo para poder continuar apoyando a quienes tanto ama, su familia.





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