El Gobierno de Ecuador confirmó este martes que no concederá un salvoconducto a Jorge Glas, exvicepresidente durante el mandato de Rafael Correa. Esta decisión reafirma la postura tomada en abril, cuando las autoridades ecuatorianas asaltaron la embajada mexicana en Quito para capturar y trasladar a Glas a una prisión de máxima seguridad.
La ratificación se produjo un día después de que el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), solicitara oficialmente el salvoconducto para Glas, invocando el artículo XIX de la Convención de Caracas. Ecuador argumenta que la concesión de asilo diplomático a Glas no es legalmente viable, dado que está cumpliendo una pena de ocho años de cárcel por corrupción y enfrenta cargos adicionales por malversación de fondos públicos.
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador subrayó que "no es lícita la concesión de asilo diplomático" para Glas, reafirmando su negativa a otorgar el salvoconducto conforme a las convenciones de Asilo Diplomático de 1965 y Asilo Político de 1933, de las cuales ambos países son signatarios.
México también ha solicitado que, mientras se resuelve la situación del salvoconducto, se tomen medidas humanitarias para asegurar que Glas reciba atención médica adecuada debido a su crítico estado de salud.
El caso ha escalado a nivel internacional, con México presentando una demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, acusando a Ecuador de violar la inviolabilidad de sus sedes diplomáticas. Ecuador respondió con una contrademanda, acusando a México de interferir en asuntos internos y de abusar de la inmunidad diplomática.
El presidente mexicano y la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, han rechazado las solicitudes de diálogo del Gobierno ecuatoriano, insistiendo en que la disputa debe resolverse en la CIJ y que Ecuador debe disculparse por la incursión en la embajada mexicana.
La situación permanece tensa mientras ambos gobiernos mantienen sus posiciones. Con Ecuador negándose a otorgar el salvoconducto y México insistiendo en su petición, el caso de Jorge Glas sigue siendo un punto crítico en las relaciones bilaterales entre ambos países.