La reubicación del Hospital General de Culiacán al nuevo inmueble en la carretera a Imala, trajo consigo una mejora en la atención hospitalaria, pero también dejó un duro golpe económico en el centro de la ciudad, específicamente para los comercios ubicados alrededor del antiguo hospital.
En un recorrido por la zona de la calle Ignacio Almada, locatarios reportaron una caída de hasta el 80 por ciento en sus ventas desde que se concretó el traslado hace un par de semanas.
El inmueble, ahora abandonado y sin un proyecto definido de reutilización o reactivación, ha generado incertidumbre entre los comerciantes que por décadas operaron al amparo del flujo constante de pacientes, familiares, personal médico y proveedores.
Establecimientos como farmacias, loncherías, papelerías, misceláneas y locales de servicios han resentido el cambio, e incluso varios han tenido que cerrar ante la falta de clientela.
Ante esta situación, Guadalupe Zavala, presidenta de Canaco Culiacán, dijo que están abiertos a recibir a los locatarios afectados para ayudarles a hacer alguna gestión ante gobierno, para ver de qué manera pueden ayudar y trasladar los negocios a los alrededores del nuevo Hospital General.
Los comerciantes insisten en que aún hay tiempo para salvar la zona, por lo cual piden que las autoridades agilicen una resolución, antes que sea tarde y no se puedan rescatar los negocios que son el sustento de tantas familias.
