La historia de una ciudad se cuenta, en gran medida, a través de su infraestructura. Son entonces los edificios históricos parte de la memoria y la cultura de un pueblo, es lo que le da identidad a una ciudad.
En ese sentido, para el historiador y director del Archivo Histórico de Sinaloa, Gilberto López Alanís, es desafortunado que en Culiacán no ha habido un interés real por preservar esa parte tan importante del patrimonio.
Muestra de ello, dijo, es la destrucción paulatina y reiterada del centro histórico para convertirlo en un centro comercial, donde los intereses económicos han sido más fuertes que el interés cultural, enterrando entre los escombros los vestigios de lo que fue la sociedad culiacanense.
Agregó que aunque hay buenas intenciones por cuidar y preservar el patrimonio, pero se no reflejan ni en el presupuesto, ni en el desarrollo de programas y estrategias para cuidar lo que aún queda vigente, una responsabilidad que comparten los tres niveles de gobierno pero que ninguno asume a cabalidad.
"No existe una política pública, ni a nivel federal ni a nivel estatal... Por eso vemos que hay mucha destrucción de edificios que pueden considerarse como históricos" Gilberto López Alanís, Director del Archivo Histórico de Sinaloa.
En ese mismo sentido se pronunció el Director del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Sinaloa, Servando Rojo Quintero.
"Esa destrucción del patrimonio ha continuado, ha continuado porque desgraciadamente los grupos de poder no tienen una visión de lo que significa el patrimonio" Servando Rojo Quintero, Director del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Sinaloa.
Detalló que en cumplimiento con la ley los propietarios de edificaciones y terrenos en el centro, por ser considerado un lugar que alberga buena parte de la historia, deben informar y solicitar permisos para poder hacer cambios en la infraestructura, sin embargo muchas de las veces, a pesar de saberlo, prefieren ignorarlo.
"Si van a trabajar en el centro histórico de Culiacán, que se vaya a hacer cualquier intervención en un edificio histórico, previamente tienen que tener permiso del INAH... incumplen y esto se va a los tribunales".
Añadió que en estos casos, donde ya se destruyó un edificio considerado histórico, aunque los tribunales dicten como sanción la reparación del daño, difícilmente se cumple, o de hacerlo los edificios nunca vuelven a ser igual, y es así como se va perdiendo la historia e identidad de Culiacán.