En una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, los países enfrentaron acusaciones cruzadas tras el asesinato del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en un ataque con misil en Teherán. Irán, Israel y Palestina intercambiaron acusaciones en medio de una creciente preocupación internacional sobre la escalada de tensiones en Oriente Medio.
El ataque contra Haniyeh y su guardaespaldas ocurrió la madrugada del martes. Irán atribuye el ataque a Israel, aunque el Estado hebreo no ha confirmado su responsabilidad. El embajador iraní, Saeed Ravani, acusó a Israel de llevar a cabo el asesinato con el apoyo de inteligencia de Estados Unidos. Sin embargo, tanto Israel como Estados Unidos negaron su implicación.
La reunión, presidida por Rusia y respaldada por China y Argelia, incluyó a representantes de Irán, Líbano, Siria, Irak y la Autoridad Palestina, quienes denunciaron la "ocupación" y "agresión" israelí. La embajadora adjunta palestina, Feda Abdelhady Nasser, condenó el ataque y la "guerra genocida" en Gaza.
Por otro lado, el embajador israelí, Gilad Erdan, calificó la reunión de "hipócrita" y acusó a Irán de fomentar el terrorismo. El embajador estadounidense, Robert Wood, defendió el derecho de Israel a la defensa, reiterando que Estados Unidos no participó en el ataque.
La secretaria general adjunta de Asuntos Políticos, Rosemary DiCarlo, advirtió sobre la "escalada seria y peligrosa" en la región, mencionando que los recientes ataques, incluido el de Teherán, están empeorando la situación. DiCarlo instó a la comunidad internacional a abogar por la paz y a poner fin a los ataques mortales.
China y Rusia mostraron solidaridad con Irán, condenando el asesinato de Haniyeh. China lo consideró un "intento de sabotaje de los esfuerzos de paz", mientras que Rusia lo vio como un "golpe serio a las negociaciones entre Hamás e Israel".
La situación en la región sigue siendo crítica, con la comunidad internacional tratando de mediar en un conflicto cada vez más complejo y peligroso.