La mpox es una zoonosis viral causada por el virus de la viruela símica, perteneciente al género Orthopoxvirus, al cual también pertenece el virus de la viruela humana. La viruela símica se distingue por erupciones o lesiones cutáneas, que suelen concentrarse en la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies.
Un hombre de nacionalidad sueca contrajo mpox mientras estaba en una zona de África donde actualmente se registra un importante brote de la variante clado 1, según informó la Agencia de Salud de Suecia. Este caso representa el primer contagio de esta nueva y más contagiosa variante de viruela símica fuera de África.
Olivia Wingzell, directora en funciones de la Agencia de Salud Pública de Suecia, informó que la persona infectada buscó atención médica en Estocolmo, pero aseguró que no existe un riesgo significativo para la población en general en Europa debido a este caso.
La mpox fue identificada por primera vez en África en 1970.
Su transmisión principal ocurre a través del contacto directo o indirecto con sangre, fluidos corporales, lesiones cutáneas o mucosas de animales infectados. La transmisión secundaria, o de persona a persona, puede ocurrir mediante contacto cercano con secreciones respiratorias o lesiones cutáneas de una persona infectada, o mediante objetos contaminados recientemente con fluidos corporales o materiales de las lesiones.
Existen dos variantes conocidas del virus mpox: la más severa, que circula en la cuenca del Congo y pertenece al clado 1, y la menos agresiva, del clado 2, que circula en África Occidental. El brote global anterior de la variante clado 2 se propagó principalmente a través del contacto sexual, mientras que el clado 1 se transmite más comúnmente por contacto directo, especialmente entre niños, según la agencia sueca.
La OMS confirmó que en julio de 2022 hubo más de 5,300 casos en todo el mundo, con Europa representando el 85% de los contagios.
Los síntomas iniciales incluyen fiebre, dolor de cabeza, hinchazón, dolor de espalda, escalofríos, agotamiento, inflamación de los ganglios linfáticos y dolores musculares. Tras la reducción de la fiebre, pueden aparecer erupciones que usualmente comienzan en la cara y luego se extienden a otras partes del cuerpo, como las palmas de las manos y las plantas de los pies. Estas erupciones, que pueden causar picazón intensa o dolor, pasan por varias etapas antes de formar costras que eventualmente se caen, pudiendo dejar cicatrices.
La infección suele resolverse por sí sola en un período de 14 a 21 días, aunque en casos graves, las lesiones pueden cubrir todo el cuerpo, especialmente la boca, los ojos y los genitales.