La generación de empleos juveniles dignos y productivos se ha definido como uno de los objetivos principales para diferentes organizaciones de Naciones Unidas, sin embargo en México las oportunidades de empleo para jóvenes siguen siendo mínimas.
En este sentido el Banco Mundial identificó las fases en las que las autoridades de gobierno deben de intervenir para impactar en el futuro de la juventud, entre las cuales se encuentran; la necesidad de los jóvenes de seguir estudiando, y su inicio en la etapa laboral.
Curiosamente las empresas parecen tener más disposición para contratar jóvenes que necesitan estudiar al mismo tiempo, que por darles la oportunidad para adquirir experiencia en sus negocios.
Estos empleos de medio tiempo están fuertemente concentrados en el sector gastronómico, ya que de acuerdo a cifras de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (CANIRAC) los estudiantes representan el 30 por ciento de la plantilla laboral.
La situación para los recién egresados de las Universidades, parece ser la más complicada, pues los jóvenes señalan que entre los requisito que se les solicita, a parte de la experiencia laboral, se les pide también tener cierta edad, lo que consideran un mensaje de desconfianza hacía el sector.
Para resolver esta problemática fue que nació el programa jóvenes construyendo el futuro, el cual se supone que daría la oportunidad a los jóvenes de ganar experiencia en empresas privadas con un sueldo financiado por el gobierno federal, de manera temporal.
A cinco años de su creación el gobierno ha gastado 115 mil millones de pesos en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que suma 2.9 millones de beneficiarios, de los cuales la secretaría del trabajo afirma se han contratado fijamente a más del 60 por ciento, sin embargo la encuesta CONEVAL asegura que el índice de colocación de este programa es del 35 por ciento.
Al respecto la Cámara Nacional del Comercio (Canaco) señaló que hace falta perfeccionar el programa, pues acusa que se ha incurrido en malas prácticas y admitió a su vez que tan solo el 30 por ciento de las empresas afiliadas a la Canaco están integradas en dicho programa.
Otro foco de alarma en esta situación es que de acuerdo a del IMSS, en 2018 los jóvenes representaban el 33 por ciento del padrón de trabajadores, cifra que disminuyó al 30%.