A cierre de 2023, 233 mil 277 personas habitaban los centros penitenciarios de México, de las cuales 94. 3 por ciento son hombres, esto de acuerdo al resultado de los Censos Nacionales de Sistemas Penitenciarios del INEGI.
Idílicamente el objetivo detrás de estas privaciones de la libertad es la reinserción social de aquellas personas que han cometido un delito o han actuado contra la ley de alguna manera, sin embargo es necesario mencionar que cuatro de cada 10 personas en centros penitenciarios no cuentan con una sentencia, lo que los mantiene más tiempo alejados de la sociedad.
Uno de los principales retos para las personas que dejan los centros penitenciarios es conseguir un empleo, de acuerdo al Centro de Estudios y Acción por la Justicia, casi el 40 por ciento de los ex presidiarios terminan dedicándose al sector servicios.
Según datos del INEGI la inserción más fácil es la del núcleo familiar, pues alrededor del 92 por ciento de ex internos logran integrarse de nueva cuenta con sus familias, sin embargo sólo poco más del 30 por ciento considera que logra recuperar a sus amistades.
La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) realizó un estudio en el que estimó que en México entre el 80 y 90 por ciento de las personas que han estado en centros penitenciarios por algún delito vuelven a ser detenidos.
Un factor muy importante para la reinserción es que durante la estancia en los Centros penitenciarios se les dote a las personas privadas de la libertad de herramientas y expectativas de un cambio en su vida.
Cabe mencionar que el Centro de Estudios y Acción por la Justicia mencionó que en 2020 tan sólo ocho entidades federativas en la República estaban destinando presupuesto y atendiendo realmente los programas de reinserción social.