La realidad en Durango es un reflejo doloroso de las desigualdades sociales que persisten en nuestro estado. Según el titular de Bienestar municipal, Jorge Herrera Castro, uno de cada tres duranguenses vive en algún nivel de pobreza. Esta cifra es alarmante y nos obliga a tomar medidas urgentes para abordar esta problemática de frente.
La pobreza se manifiesta de diversas maneras en nuestra sociedad, y una de las más visibles es la proliferación de personas en situación de calle. Organizaciones empresariales como CANACO y CANACOPE han denunciado este creciente problema social, lo que indica que esta crisis afecta no solo a los individuos en situación de pobreza, sino que también tiene un impacto en la comunidad y el tejido social en general.
Además de la pobreza, enfrentamos otro desafío apremiante: el desplazamiento de personas debido a la violencia. Muchas familias han tenido que abandonar sus hogares en busca de seguridad y estabilidad. El director de Bienestar señala que las distintas direcciones municipales que están involucradas en este tema están tratando este asunto con la prioridad que merece.
Para abordar la pobreza y el desplazamiento forzado, se requiere una acción coordinada y decidida por parte de las autoridades, la sociedad civil y el sector privado. Es crucial implementar programas y políticas que brinden apoyo a quienes más lo necesitan. Esto puede incluir acceso a servicios básicos, oportunidades de empleo y vivienda digna. Una tarea nada fácil, pues de acuerdo a lo declarado por el director, 220 mil Duranguenses viven en algun grado de pobreza. De ellos, 13 mil viven en pobreza extrema, con dificultades para comer diariamente.
Además, es esencial abordar las causas subyacentes de la pobreza y la violencia, como la falta de oportunidades educativas y la exclusión social. Promover la igualdad de género y empoderar a las mujeres también desempeña un papel fundamental en la reducción de la pobreza.
Nuestra sociedad debe unirse para superar estos desafíos y garantizar que cada duranguense tenga la oportunidad de vivir una vida digna y segura. La lucha contra la pobreza y la violencia es una responsabilidad compartida que exige un compromiso constante y la implementación de soluciones efectivas. Solo a través de la colaboración y la solidaridad podemos aspirar a construir un Durango más justo y equitativo para todos sus habitantes.