Abundan las colonias olvidadas en la capital

En diversas colonias y asentamientos, la falta de servicios básicos como agua y luz es una realidad constante. En algunos lugares, los asentamientos son irregulares debido a la limitación de recursos económicos, obligando a los residentes a vivir en condiciones precarias, incluso en casas de cartón. Esta situación no solo expone a los habitantes a un nivel de vida extremadamente vulnerable, sino que también los hace más propensos a la pérdida total de sus pertenencias en situaciones críticas, como la vivida por la señora Juana en la colonia San José 3.

Hace unas semanas, la señora Juana experimentó un incidente devastador: un incendio arrasó con todo lo que poseía. Su caso ejemplifica la vulnerabilidad extrema que enfrentan muchos residentes en asentamientos precarios. La señora Juana, quien se dedica a pepenar en la basura, es el único sustento de sus nietos, dependiendo de esta actividad para asegurar el sustento diario de los menores.

La colonia San José 3, donde reside la señora Juana, se encuentra inmersa en una situación de precariedad que se extiende por diversas zonas en el estado de Durango. La falta de recursos económicos y la irregularidad de los asentamientos contribuyen a un ciclo de vulnerabilidad persistente, donde la pérdida de pertenencias, como en el caso de la señora Juana, se convierte en una realidad palpable.

Es fundamental destacar que la señora Juana no está sola en esta situación, ya que existen numerosos casos similares en todo el estado de Durango. Personas que luchan por subsistir en condiciones adversas, enfrentando la falta de servicios básicos y la amenaza constante de perderlo todo en situaciones como incendios u otras emergencias.

Ante esta realidad, es necesario que las autoridades locales y la sociedad en general se involucren de manera activa para buscar soluciones a largo plazo. La implementación de programas y políticas que aborden la carencia de servicios básicos, así como el apoyo a comunidades en situación de vulnerabilidad, son pasos cruciales para romper el ciclo de precariedad y brindar condiciones de vida dignas a todos los habitantes del estado de Durango.