En un contexto donde la convivencia escolar se ve empañada por la sombra del acoso, México enfrenta un desafío de magnitud considerable. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), nuestro país lidera el preocupante primer puesto a nivel internacional en casos de bullying, un problema que afecta a 7 de cada 10 menores, según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación define el acoso escolar como la agresión y molestia repetitivas que uno o varios estudiantes ejercen sobre sus compañeros. Esta definición es respaldada por UNICEF, que además destaca que los agresores suelen tener un estatus social más elevado o una posición de poder, caracterizándose por ser mayores, más fuertes o considerados más populares entre sus pares.
El acoso no solo se manifiesta físicamente en los patios de las escuelas, sino que también ha encontrado un vasto campo de acción en el mundo digital. En Durango, el Módulo de CiberAcoso revela que el 46.7% de los estudiantes ha experimentado alguna forma de acoso, evidenciando la urgencia de abordar esta problemática desde múltiples frentes.
Las consecuencias del acoso escolar son alarmantemente diversas y siempre graves; van desde daños físicos hasta trastornos emocionales y sociales, y lamentablemente, en casos extremos, pueden conducir a desenlaces fatales. Frente a este panorama, las autoridades de salud, legislativas y educativas se encuentran en una búsqueda constante de estrategias efectivas para combatir este flagelo que afecta el bienestar de nuestros niños y jóvenes.
La magnitud del problema en México y Durango refleja la necesidad imperante de un cambio cultural en nuestras instituciones educativas, donde el respeto y la tolerancia deben ser los pilares de la convivencia. La lucha contra el acoso escolar es una responsabilidad colectiva que requiere de la participación activa de toda la sociedad, incluidos padres, educadores y alumnos, para forjar entornos seguros que fomenten el desarrollo integral de las futuras generaciones.