Marisol Rosso, presidenta del DIF estatal, ha informado que actualmente existe una lista de espera con un total de 70 familias que han presentado solicitudes para adoptar a un niño. Sin embargo, a pesar de que hay alrededor de 130 menores en condiciones de ser adoptados, el proceso avanza con cierta lentitud. Esta situación se debe principalmente a que la mayoría de las familias interesadas buscan adoptar bebés o niños pequeños, lo que dificulta el proceso de emparejamiento entre los menores y los posibles adoptantes.
La declaración de Rosso resalta la realidad que enfrenta el sistema de adopción, donde la demanda de niños pequeños supera la oferta disponible. Esta preferencia por los bebés y los niños pequeños puede deberse a diversas razones, como la percepción de que son más adaptables o la posibilidad de formar un vínculo desde una edad temprana. Sin embargo, esta situación deja a un número significativo de niños mayores o en grupos de hermanos en una situación de espera prolongada para encontrar un hogar permanente.
La presidenta del DIF estatal ha expresado la importancia de sensibilizar a la sociedad sobre la posibilidad de adoptar a niños de todas las edades y grupos, enfatizando que cada niño merece la oportunidad de crecer en un ambiente familiar amoroso y estable. Es fundamental fomentar una cultura de adopción que valore las necesidades y los derechos de todos los niños, independientemente de su edad o circunstancias.
Rosso ha destacado también la necesidad de agilizar los procesos de adopción y mejorar la coordinación entre las instituciones involucradas, con el fin de reducir los tiempos de espera y garantizar que los niños encuentren rápidamente un hogar permanente. Esto implica trabajar en estrecha colaboración con las autoridades competentes y promover campañas de concientización que promuevan una visión inclusiva de la adopción.
En última instancia, Marisol Rosso ha reiterado el compromiso del DIF estatal de trabajar incansablemente para garantizar el bienestar de todos los niños y niñas en situación de vulnerabilidad, brindándoles la oportunidad de formar parte de una familia que les brinde amor, cuidado y apoyo. En este sentido, es fundamental el apoyo y la participación activa de la comunidad en el proceso de adopción, así como el fortalecimiento de los recursos y servicios disponibles para garantizar el éxito de cada proceso de adopción y el bienestar de los niños adoptados.